Una excelente manera de pasar un sábado por la mañana es recorriendo este hermoso museo; desde que entras se siente su historia en el aire. Antes de morir, Diego Rivera le dijo a su amiga y mayor coleccionista Dolores Olmedo que había ciertas habitaciones que no podían ser abiertas, al morir Dolores en el 2002, estas habitaciones se abrieron y en ellas se encontraron diversas pinturas, documentos, fotografías, cartas... que hoy están expuestas en esta Casa Azul que albergara a la familia Kahlo y que después fuera lugar de reunión de tantos personajes del arte y la política de esos tiempos.
La Casa Azul muestra fielmente la personalidad y estilo de vida únicos de dos de las personas más auténticas de nuestro bello México (Frida y Diego). Lo que más disfruté de esta experiencia no fueron las pinturas expuestas sino, la casa en sí que es un monumento vivo, que respira la lealtad que le tenían a México estos dos íconos de nuestra cultura; estando parada en la cocina sentí la calidez humana de nuestras tradiciones que cobijaron sin posturas burguesas a todo aquel que tuvo la fortuna de compartir momentos en ella. Al subir al segundo piso, literalmente se me caía la baba al ver un caballete gigantesco, de aproximadamente dos metros de altura, enfrentado a una silla de ruedas que no me llegaba ni a la cintura -personalmente fue un momento tanto desgarrador como extremadamente inspirador-.
El Museo se encuentra sobre la calle de Londres núm. 247 en la Colonia Del Carmen, Coyoacán donde encontrarán desde planos de arquitectura de Diego, pinturas de ambos, cartas, fotografías... hasta los cuartos donde estuvieron alojados famosos personajes y la cama en la que Frida pasó gran parte de su vida, misma en la que murió. Si no han ido no se lo pierdan y si ya fueron vayan otra vez. Es un recorrido sumamente conmovedor.
. El boleto cuesta $45 y para extranjeros $60, con él pueden también acceder al Museo Diego Rivera Anahuacalli ¡así que no lo tiren! tienen creo que un mes para usarlo.






